Quizás te sorprenda saber que el yoga tiene una extensa tradición en los Estados Unidos. La mayoría señalaría la década de 1960 como el comienzo de la escena del yoga, una época en la que las ideas de meditación y espiritismo fueron adoptadas por la contracultura del país. Sin embargo, fue ya en el siglo XIX cuando comenzó esta fascinante historia.
Allá por 1883, cuando se estaban formando los cimientos de la Estatua de la Libertad y el Puente de Brooklyn finalmente se abrió a caballos y carros, un hindú llamado Swami Vivekananda pronunció un discurso histórico en el Parlamento Mundial de la Religión en Chicago. En este discurso introdujo las prácticas indias en Occidente, discutiendo el concepto de cuerpo, espíritu y mente ante una audiencia receptiva.
Swami Vivekananda no tenía intención de difundir el yoga en Occidente. Sabía que las masas empobrecidas de la India necesitaban ayuda, pero estaba en contra de las opiniones de cientos de misioneros que creían que la ayuda debería llegar en forma de cristianismo. Aunque no lo habían invitado a asistir, decidió que el Parlamento Mundial de la Religión era un buen lugar para comenzar a recaudar fondos para regresar a la India. Se robó el show, un espectáculo destinado a fortalecer el movimiento del cristianismo, y poco después se convirtió en un gurú muy solicitado por los estadounidenses deseosos de aprender sobre yama y niyamas, pranayama y Kundalini.
Siguiendo los pasos del joven Swami, Yogendra Mastamani abrió una sucursal en Nueva York en 1919 para promover los principios del yoga. Y a partir de la década de 1930, Jiddu Krishnamurti comenzó a dirigir seminarios elocuentes ante un público que incluía a celebridades como Greta Garbo y Charlie Chaplin.
Sin embargo, los esfuerzos se vieron frenados en 1917, cuando los líderes sindicales de la costa oeste lograron que el Congreso aprobara un proyecto de ley que impedía que los indios y los de otros países asiáticos se establecieran en Estados Unidos. Este proyecto de ley tenía como objetivo evitar que los inmigrantes asiáticos con salarios bajos inundaran el mercado laboral. Estas cuotas no terminaron hasta 1965, cuando el presidente Johnson firmó la Ley de Inmigración y Nacionalización.
Este cambio permitió a Swami Satchidananda (que llegó en 1966), Swami Rama (1969), Swami Muktananda (1970), Yogi Bhajan (1969) y otros gurús indios que tuvieron un impacto tan importante en la escena del yoga estadounidense permanecer durante períodos prolongados para enseñar y difundir las semillas del yoga en todo el país.
Uno de los primeros estudios de yoga fue inaugurado en West Hollywood en 1947 por una pequeña actriz alemana llamada Indra Devi, a quien muchos consideran "La Primera Dama del Yoga". Devi había aprendido las asanas mientras era esposa de un diplomático en Bombay. La práctica sólo comenzó a ganar popularidad entre aquellos con un creciente interés en prácticas alternativas y orientales en la década de 1960. Como señalamos en nuestra publicación anterior del blog, una clienta ávida era una tal Marilyn Monroe.
Pero hay una persona notable que merece crédito por llevar el yoga a la corriente principal de Estados Unidos: Richard Hittleman. Después de estudiar yoga en la India durante varios años, a su regreso a los EE. UU. desarrolló la práctica de yoga no espiritual basada en asanas. ¡Esta práctica se ha convertido en el catalizador de la práctica generalizada del yoga en las culturas occidentales y en un pilar del estilo de vida estadounidense!
Ref: Stefanie Syman: El cuerpo sutil: la historia del yoga en Estados Unidos.
Muchas gracias. ?Como puedo iniciar sesion?